Han pasado poco más de cuatro años que se inauguró y ya es una realidad: una zona degrada de la ciudad en la que el comercio iba desapareciendo paulatinamente y que, probablemente, no hubiera superado las dificultades impuestas por la Crisis, se ha convertido en un lugar lleno de actividad y atractivo tanto para el turista como para el ciudadano.
Pero esto no sucede por generación espontánea, muchos han sido los actores de esta transformación.
El primero de todos: el edificio, singular y fotogénico, necesario para que todo el mundo sepa que algo nuevo se cuece en la ciudad.
A la inauguración siguió un profesional trabajo de comunicación que, a la vez que difundía la imagen por el mundo, dejaba clara su intención de SER de la ciudad: diferente, sí, pero dentro de la cultura y la forma de vida local.
Casi simultáneamente comercio tradicional y nuevos emprendedores unieron sus fuerzas creando Soho Benita y Regina Market al sur y norte de la plaza respectivamente, transformando la oportunidad en fortaleza y dando lugar a nuevas sinergias.
La suma de todos esos elementos (y alguno más que seguro se ha escapado de este sucinto análisis) ha dotado a la zona de un carácter propio, sumando valor a la ciudad.
Si quieres conocer cómo es hoy la Plaza de la Encarnación no dejes de leer este artículo de Pilar Bernal Maya, periodista, para el número de octubre de Ronda Magazine.
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